08 octubre 2019
Karoma

> Introducción a la aventura

KAROMA es un mundo despoblado y yermo. Sus tres únicos habitantes -máquinas sofisticadas con el único propósito de mantener la Llama Viva a salvo- regentan una tierra dividida en tres zonas independientes, a saber: Korko,  la tierra de los antepasados, donde reina despóticamente Chester, el mantra de los espíritus. Karua, la tierra de las ofrendas, siempre en barbecho, Corina la protege de los desastres naturales y la cólera de los dioses de Karoma. La tercera zona, la más importante es Kuria, el núcleo de los Nacidos, allí donde la vida se formaba y crecía; allí vive Cesto, el dador de Luz.

Karoma se encuentra en la cuarta era de su existencia. En su primera era, que abarca 50.000 años, sus habitantes poblaron un mundo rico y bello, donde nacieron los primeros agrícolas y ganaderos. En su segunda era, de 10.000 años, es cuando se concentra el mayor esplendor de Karoma, la escultura, la pintura y la arquitectura llegaron a sus máximas expresiones. Y en la tercera era, de 5.000 años, se produjo un hecho singular: la llegada de unos seres llamados Oki, que invadieron Karoma por sus riquezas minerales. Hubo una resistencia de varios años que acabó en una guerra despiadada que redujo a Karoma a una tierra estéril. Los que sobrevivieron trataron de volver a sus orígenes, pero fue en vano, pues mucho murieron en una epidemia que se llevó prácticamente a todos los habitantes. Los que quedaron tuvieron el tiempo justo para preparar el mundo con la esperanza de que la vida volviera a Karoma algún día. Y para ello dividieron el mundo conocido en tres zonas, y construyeron máquinas que mantuvieran viva la Llama. La tecnología les era totalmente ajena, fueron los Oki quienes la llevaron a Karoma, y los Karomanos aprendieron a tratarla y dominarla por completo.

La cuarta era, la actual, promete ser una época crucial, pues empiezan a observarse fenómenos que indican que la hora del resurgimiento está por empezar.

Y es en este punto donde aparece el protagonista de esta aventura: Juan Torres de Haya, un cronohistoriador del planeta Tierra. Al regresar de una rutinaria misión al pasado Egipto, su nave del tiempo es atrapada por un flujo cuántico, y termina apareciendo en el mundo de Karoma, ubicado en un universo paralelo, con unas leyes físicas muy distintas: el tiempo avanza, pero muy lentamente. Todo le resulta muy extraño y perturbador. Decide crono apuntar todo lo que aprende, y al mismo tiempo buscar una manera de regresar a su tiempo y a su universo. Pronto se verá envuelto en una misión mucho más importante, no solo de su vida, sino también la de los Karomanos, pues su presencia pone en marcha mecanismos largamente preparados por los supervivientes de la guerra con los Oki.

La aventura

Te encuentras con un mundo yermo y hostil. El lugar donde tienes el accidente es en la zona de Korko, donde Chester, una máquina despiadada gobierna unas tierras con el único propósito de guardar los secretos de los antiguos habitantes. Matará a todo aquel que intente abrir la Sala de los Karomanos. Junto a Chester en aquella zona habitan los Servidores, máquinas pequeñas a su servicio que los trata de forma despótica. Deberás buscar una forma de entrar en aquella sala y rebuscar en su contenido alguna forma de regresar a tu propio mundo. Pero para poder hacerlo deberás adentrarte en las otras dos zonas, Karua y Kuria, aprender sus secretos y conocer a sus habitantes máquinas.

Karua es la zona más yerma, y su máquina, Corina, gobierna láxamente. Por ella te enteras de muchos secretos de Karoma y es la que mejor conserva el objetivo inicial de los Karomanos: mantener la Llama Viva.

En Kuria, la tercera zona, es donde se encuentra la Llama Viva, guardada en un frasco de cristal en una sala especial. Cesto la protege con celo.

Deberás visitar las tres zonas, indagar en sus secretos y conocer la historia para poder resolver los puzles: arreglar piezas de las máquinas para que funcionen según el objetivo inicial, llevar información de una zona a otra, adentrarte en la sala de los Karomanos y encontrar la forma de regresar a la Tierra.